Tenía literalmente dos años de no ver en persona a mis amigas, sin contar aquella vez que las vi en el festejo de mi boda en Agosto del año pasado. Y, es curioso cómo muchas veces pensamos o damos por hecho que el contacto físico o el reunirnos como lo hacíamos antes no tendrá ningún impacto en nosotros.
Recientemente una de mis amigas propuso reunirnos con motivo de celebrar San Valentín, y el plan se armó. Todas estábamos ansiosas porque llegara ese día de la semana, ¡por fin nos íbamos a ver en persona y platicar de las miles de cosas que cada una de nosotras había vivido!
El día llegó y debo admitir que antes de la reunión me sentía algo nerviosa… nerviosa de cómo sería verlas nuevamente, convivir y platicar como si esos dos años de pandemia no hubieran ocurrido. Se acercaba la hora de la reunión, me arreglé y llegué al lugar donde acordamos vernos. Fui la última en llegar y mientras me acercaba vi que todas estaban en un círculo platicando casualmente. Me acerqué, las saludé, caminamos hacia el restaurante al que decidimos ir a cenar y nos sentamos. Y fue en ese momento, específicamente después de pedir nuestras bebidas, en el que me di cuenta que algo había cambiado.
Toda la mesa estaba muy silenciosa. Era como si no supiéramos cómo iniciar la conversación, cuando años atrás eso nunca fue un problema. Desde mi perspectiva todas estábamos emocionadas y quizás algo nerviosas… como que no sabíamos cómo proceder. Normalmente, cuando me encuentro en ese tipo de situaciones comienzo a hacer preguntas individuales o generales, cosas de cómo ha estado el trabajo, qué tal todo con <<inserte aquí tema en particular>>… y eso fue justo lo que hice. Sentí que intentaba poco a poco romper esa capa de hielo invisible que se formó por los años que teníamos de no vernos en persona.
Esa mini capa invisible se fue rompiendo y al final de la cena todas estábamos como antes, platicando como si el tiempo nunca hubiera transcurrido. ¡Nos faltó tiempo y quedaron cosas pendientes por platicar! Pero lo más importante fue que dimos el primer paso de reunirnos nuevamente y reconectar en persona.
Comunicarnos y conectar con los demás de la manera en la que podamos es muy importante. Facebook, Whatsapp, llamadas y videollamadas nos han ayudado a sobrellevar esta pandemia y a seguir en contacto con nuestros seres queridos y amigos. Sin embargo, aún y cuando mis amigas y yo mantuvimos contacto a través de redes sociales, llamadas y/o videollamadas… me di cuenta que nos hacía mucha falta vernos en persona. Siempre he sabido que el contacto físico, el estar presente es importante; pero creo que esta situación fue un recordatorio de lo mucho que hay que valorar cada momento que compartimos con los demás, en especial cuando logramos estar todos reunidos en un mismo lugar.
Que nunca demos por sentado
Los viernes por las noches con nuestros amigos
Celebraciones de cumpleaños
El rugido de un estadio
Las mañanas en el gym
Pistas de baile abarrotadas
Un café con un amigo
Conciertos llenos
La vida en sí