Está bien no estar bien

En ocasiones hay semanas o días en los que quizás no nos reconocemos porque nos conocemos tan bien (o al menos eso creemos) que sabemos que hay algo mal con nosotros. Despertamos e inmediatamente tenemos una sensación de que probablemente será un día difícil porque no amanecimos con muchas energías o simplemente queremos seguir durmiendo y evitar cualquier responsabilidad que debemos cumplir porque no nos sentimos bien. 

Sabemos que no somos como normalmente somos porque actuamos de una manera distinta, tal vez no sentimos esa motivación que por lo general tenemos para hacer las cosas y eso nos genera frustración porque nos impide dar lo mejor de nosotros con aquellos que nos rodean y con nosotros mismos.

Crédito de fotografía: MART PRODUCTION

En esos momentos pensamos que está mal sentirnos de esa forma porque a lo mejor no tenemos un motivo específico por el cual sentirnos tristes, enojados, frustrados o con pocas energías. Sentimos que no debemos ceder ante el “no estar bien” porque no queremos admitir que algo nos sucede y que necesitamos darnos un tiempo para procesar cualquier emoción que estemos sintiendo en ese momento.

Incluso, quizás creemos que eso del “no estar bien” es una excusa que estamos inventando porque no sentimos ningún malestar físico grave y, como está relacionado a algo emocional ¿no se supone que deberíamos ser capaces de controlar nuestros sentimientos todo el tiempo sin que estos interfieran con nuestro día a día? Pues no, “no estar bien” de vez en cuando forma parte de lo que nos hace humanos.

Crédito de fotografía: Andrea Piacquadio

Somos humanos con sentimientos y creo que es completamente normal tener momentos en los que nos sentimos algo perdidos, desmotivados o desconectados de nuestra forma de ser. Es difícil mantener una apariencia de que todo marcha a la perfección y de que nada nos afecta, porque la realidad es que ¡la vida pasa! La vida tiene altas y bajas y nos encontramos cambiando todo el tiempo según las experiencias que vamos viviendo, por lo que no podemos esperar estar bien todo el tiempo porque no sería algo real.

No podemos predecir cómo nos hará sentir una situación en particular hasta después de haberla experimentado. Es por eso que, cuando intentamos engañarnos pretendiendo que nada nos pasa y que todo “está bien”, lo único que hacemos es encapsular emociones que tarde que temprano saldrán de una manera u otra. Evitar sentir esas emociones “incómodas” sólo incrementará esos sentimientos hasta el punto en el que se vuelven incontrolables; convirtiéndose en una bomba de emociones a punto de explotar.

Crédito de fotografía: Doğukan Şahin en Unsplash

Sentir emociones que no queremos tener, no es para nada agradable. Sin embargo, no es algo que esté bajo nuestro control y, no es hasta que aceptamos y nos permitimos sentir todas aquellas emociones que nos invaden, que podemos seguir adelante y regresar a nuestra “normalidad” con una mayor fortaleza. Por más difícil que sea para nosotros, a veces lo mejor que podemos hacer es dejar que nuestras emociones fluyan y compartir nuestra vulnerabilidad con aquellas personas que siempre han estado ahí para nosotros.

Este post es un pequeño recordatorio de que a veces está bien no estar bien y como me dijo mi hermana hace unas semanas: “También está bien sentirse mal, no siempre te tienes que sentir bien. Es sólo saber reconocer cómo te sientes y permitirte sentirlo” y no podría estar más de acuerdo con ella.

Crédito de fotografía: Saad Chaudhry en Unsplash

No te exijas estar siempre bien. Es sano y válido caer.

Georgia Castellino
Compartir

2 comentarios en “Está bien no estar bien”

  1. Me parece muy interesante este tema de Está bien no estar bien.

    Todos de alguna manera hemos experimentado este sentimiento y en lugar de aceptarlo luchamos con todas nuestras fuerzas para no sentirnos así.

    Muchas gracias por compartir tu reflexión con nosotros.

    Hay que poner en práctica tus recomendaciones y ceder ante el «no estar bien».

    1. ¡Hola Grace! Completamente de acuerdo… creo que todos en algún momento hemos experimentado esto de sentirnos extraños, de no ser nosotros mismos y de no querer aceptar nuestras emociones.

      Por experiencia propia el reconocer cómo me siento, sentir mis emociones y dejar que fluyan es algo que me ha ayudado mucho para volver siempre más fuerte ♡

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio