Como posiblemente sepan de mi post “Viajando en tiempos COVID”, me encuentro en Lancaster, PA desde el domingo 07 de Agosto con mi esposo. Mi esposo viaja de vez en cuando por motivos de trabajo y cuando se puede me uno a sus viajes también, así que he tenido la oportunidad de vivir y experimentar lo que significan este tipo de viajes para él.
En mis aventuras como acompañante viajera de mi esposo me he percatado de la importancia que tiene balancear y mantener los hábitos que tengo cuando estoy en casa aquí también. A diferencia de viajes pasados, creo que en este me he esforzado mucho más en tener hábitos saludables que me hacen sentir bien, así que quiero platicarles un poco sobre ellos.
Alimentación saludable
Al inicio de un viaje, la comida de USA se nos hace rica, aunque al terminar quedamos muy llenos por muchas horas (Nota: Nuestra teoría es que algo le ponen a la comida aquí que hace que te sientas mega lleno), pero después de una semana ya estamos hartos; la mayoría de la comida sin importar el lugar al que vayamos nos sabe igual, nos sentimos pesados… extrañamos comer en casa.
Afortunadamente, los hoteles en donde nos quedamos tienen cocina pequeña, por lo que cocinar es una opción. Obviamente no es igual de cómodo que en casa, pero he logrado adaptarme con la finalidad de comer nutritivo.
En este viaje en particular me he hecho el propósito de cocinar cosas sencillas y saludables. Por lo general, he estado comiendo ensalada (bolsas de lechuga y zanahoria ya desinfectadas) y he estado variando entre preparar pescado (tilapia y atún), carne y pollo. De complemento he conseguido bolsas verduras congeladas, arroz y frijol ya casi hechos, así que, aunque no sean la opción más saludable, son mejor que comer fuera todos los días.
Este cambio de cocinar más en el hotel me ha ayudado muchísimo. He logrado sentirme bien casi todos los días, comer porciones adecuadas para mí y regular lo que como.
Cabe mencionar que, aunque yo he logrado comer mucho mejor que en otros viajes, esto no ha sido igual para mi esposo, que por lo general come fuera con sus compañeros.
Tomar agua
Quizás esto les suene a algo que han escuchado en otros lados, pero en verdad hace una gran diferencia: tomar agua.
Antes, era de las que subestimaba la importancia de tomar agua durante el día, pero desde inicios del 2020 comencé a tomar más agua y he notado que me ha ayudado bastante.
Por lo general, siento que cuando estamos de viaje o no estamos mucho en casa, olvidamos tomar agua. El agua nos ayuda a estar hidratados, nos ayuda a digerir mejor nuestros alimentos, a que tengamos una piel sana, entre otros beneficios; así que este es un pequeño recordatorio para tomar agua sin importar el lugar en donde nos encontremos.
Ejercicio
Mantener mi rutina de ejercicio me ayuda a estar activa durante el día, en especial cuando prácticamente hago mi vida diaria dentro del hotel.
En este viaje he mantenido mi rutina de ejercicio 3 veces a la semana. Además, en los días de descanso, he introducido días de descanso activo en los que hago otro tipo de actividades como caminar, yoga, estiramientos… pero en menor intensidad y tiempo para mantenerme en movimiento.
Continuar haciendo ejercicio mientras estoy en el hotel no ha sido algo muy complicado porque creo es uno de los hábitos en los que más he trabajado. Normalmente hago zumba, ejercicios para fortalecer mi cuerpo y baile desde casa, así que lo único que necesito cuando viajo es mi Yoga Mat para viajes, mi banda elástica, mi ropa deportiva y mis Playlists de Youtube que tengo con los videos que más me gustan para hacer ejercicio.
Dormir temprano
Debo ser honesta, este es un hábito que aún no logro dominar por una u otra cosa. Pero los pocos días que lo he logrado, me despierto con más energías.
Por alguna razón no he podido despertarme temprano estando aquí en Lancaster, así que lo único que he hecho es empezar un poco más tarde mis actividades.
Estos son algunos de los hábitos que intento mantener cuando vivimos temporalmente en un hotel estando en viaje de trabajo. Admito que uno que otro día puede que rompa la rutina, porque al final de cuentas estamos fuera de casa y también hay que aprovechar y consentirnos con uno que otro antojo. Sin embargo, ser más consciente de mis decisiones en cuanto a qué comer, a seguir tomando agua y mantenerme activa me ha ayudado a sentirme bien física y mentalmente.
En pocas palabras, tu salud, riqueza, felicidad, estado físico y éxito dependen de tus hábitos.
Joana Jast