La naturaleza es realmente encantadora… nos permite dar un respiro, reconectar con nosotros mismos y darnos cuenta que hay que apreciar y disfrutar el presente.
El domingo pasado llegué a Nueva Jersey con mi esposo; lo estoy acompañando en su viaje de trabajo. Ayer decidí dar una vuelta alrededor del hotel a explorar el área y descubrí que justo atrás del hotel tenemos un área verde enorme. Aunque estaba muy nublado, sobresalían los árboles y pinos a mi alrededor, el aire fresco llenaba todo mi cuerpo al mismo tiempo que admiraba los hermosos colores otoñales que se observan en las hojas de los árboles: rojos, naranjas, amarillos, cafés y aún en su mayoría verdes… ¡La gama de colores perfecta del otoño!
Dado que disfruté mucho la tarde, decidí que sería buena idea ir a caminar la mañana siguiente (osea, hoy), para empezar el día con energía. Y, debo decir que fue una de las mejores decisiones que tomé. A veces la flojera de levantarme temprano me gana, pero el imaginar que me esperaba una vista maravillosa mientras caminaba, me motivó mucho. Me desperté, me puse mi ropa deportiva y justo antes de salir abrí la ventana para revisar el clima y para mi sorpresa ¡el cielo estaba completamente despejado! Una vista realmente hermosa…
Inmediatamente al salir, respiré lo más profundo que pude logrando alcanzar a distinguir un ligero aroma a pino. Comencé a dirigirme al lugar y simplemente sentí que lograba disfrutar completamente el presente sin preocupación alguna. Mi única “preocupación” (si es que se le puede llamar así) era observar el más mínimo detalle que pudiera de los árboles, sus colores y texturas, así como el color del cielo y la forma de las nubes… simplemente no quería que se me escapara ningún detalle porque quería recordarlo tal y como lo hago ahora… para poder revivir ese momento cada que quisiera al cerrar mis ojos y transportarme ahí.
Mientras caminaba, noté que me invadía una paz y felicidad enorme… todo mi ser estaba agradecido con la vida por permitirme tener experiencias como estas, experiencias en las que logro reconectar conmigo misma y recuerdo la importancia que tiene el vivir realmente el presente… disfrutar las cosas que la vida nos da… ser más sensibles a lo que nos rodea, respirar inhalando y exhalando con todas nuestras fuerzas a la vez que dejamos ir las cosas que nos generan estrés o preocupaciones, recordar que la vida está para disfrutarse y que, aunque hayan retos que se nos presenten, todo estará bien al final del camino.
Fue una mañana enriquecedora… Al mismo tiempo que hice algo de ejercicio, puede alinear todo mi ser a disfrutar el ahora, algo que a veces olvido al estar inmersa en las cosas del futuro que hay que realizar. Esta sensación de paz, tranquilidad y de mantener los pies en la tierra me acompañó durante el resto del día. Espero seguir teniendo la oportunidad de experimentar algo como esto nuevamente y que pueda revivir esta sensación de serenidad cada vez que recuerde un día como hoy.
“En cada paseo por la naturaleza, uno recibe mucho más de lo que anda buscando”.
John Muir