En mi post de “Reflexión de Julio 2023: actualización de mi vida & blog” les comenté que, al momento de la publicación de aquel post, seguramente nos encontraríamos en la playita disfrutando de nuestras vacaciones. Y, aunque sí salimos de la ciudad, nos fuimos a la playa y disfrutamos del cambio de ambiente, la realidad es que no todo salió como pensaba.
Justamente el jueves de la publicación de mi post de reflexión de julio, me enfermé…”Ah… la ironía de la vida”… Y, lo que empezó como un resfriado leve que pensé pasaría pronto, se prolongó hasta el día de hoy (nota para el futuro: “hoy» es un miércoles 02 de agosto del 2023) en el que me encuentro escribiendo sobre lo ocurrido ya de regreso en casa.
Aún no me siento 100% recuperada, pero decidí aprovechar estos momentos para contarles un poco sobre lo que sucedió, cómo he sobrellevado la situación, algunas lecciones aprendidas y mi estado actual.
¿Qué sucedió?
Mi esposo y yo decidimos ir de vacaciones a un hotel todo incluido en Playa del Carmen para relajarnos y reconectar con nosotros mismos.
Todo marchaba muy bien, hasta que un día en la noche comencé a sentir mi garganta algo extraña, pero pensé que al día siguiente se me quitaría. Y bueno, ese fue el inicio de estar enferma durante las vacaciones: ¡yupiiii!
Mi teoría es que me afectó el aire acondicionado de uno de los restaurantes a los que fuimos a cenar del hotel. Típico que afuera está haciendo un calorón y luego entras a un lugar cerrado y ¡bam! El aire acondicionado a más no poder ¡te ataca!
¿Cómo he sobrellevado la situación?
Los últimos 3 días de nuestras vacaciones literalmente me la pasé tirada en la cama del hotel y mi reacción fue algo como lo siguiente.
Aceptación inicial
Acepté que estaba enferma y que no había mucho que podía hacer al respecto más que descansar, tomar tempra y tomar mucha agua para ayudar a que todo pasara más pronto.
Frustración
Aunque según yo había “aceptado” la situación, me sentí frustrada porque no podía creer que estuviera enferma durante nuestras vacaciones.
Había estado muy emocionada por nuestro viaje y pensar en que forzosamente debía estar descansando en la cama porque me sentía mal, me frustraba, me hacía sentir impotente.
Además, el síntoma que agregó más frustración era el de mi nariz congestionada. No pude respirar por casi 3-4 días y eso se traducía en no poder dormir casi nada en las noches.
Aceptación después de la frustración
Después de frustrarme y obviamente no lograr nada, volví a aceptar mi situación y traté de llevarme los días con calma para intentar mejorar lo más pronto posible.
Gracias a Dios estuvimos en un hotel muy cómodo y manejamos la situación lo mejor que pudimos, así que agradecí el poder estar descansando sin tener que preocuparme por tener que salir a algún otro lugar. Además, aproveché para leer bastante, lo cual fue algo muy bueno después de todo lo sucedido.
Frustración al regresar a casa
El día que volamos de regreso a casa, me sentí frustrada nuevamente por todo.
Pensamientos como el hecho de que ya se habían acabado las vacaciones y que el “descanso” que pensé que tendría no fue como lo había esperado, no ayudaron para nada en disminuir mi frustración.
Sin embargo, nuevamente superé esta frustración poco a poco y con paciencia.
Aceptación en proceso
Ya en casa he tratado de hacer paces con la situación. Acepté que me enfermé, que las vacaciones terminaron y sigo en proceso de recuperación.
No tiene caso seguir alimentando esa frustración que no me llevará a ningún lado y que únicamente empeorará mi estado físico y mental. Aunque admito que es más fácil decirlo que ponerlo en práctica porque de vez en cuando recaigo en sentirme algo triste y frustrada por seguir con algunos síntomas de la enfermedad.
Por ahora acepté que son cosas que pasan, que no son divertidas pero que suceden y que hay que poner de nuestra parte para salir adelante.
Lecciones aprendidas
A continuación lo que he aprendido de esta experiencia.
- Definitivamente nunca sabes lo que la vida te depara.
- Es importante llevar siempre un kit con medicamentos en los viajes por cualquier cosa.
- La frustración no lleva a ningún lado. La mayoría de las veces sólo empeora el estado físico y mental en el que nos encontramos. Pero creo que es normal que de repente nos sintamos frustrados. Lo importante es tratar de superar esa etapa de frustración.
- Enfermarse en vacaciones (¡y más estando fuera de casa!), no es nada divertido… pero a veces sucede.
- Hay cosas que simplemente no podemos controlar y hay que aceptar que eso está bien. Lo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos ante esas situaciones.
- Estar en un torbellino emocional cuando pasas por una situación no muy agradable, es normal.
- Está bien sentir lo que sientes. No compares tu situación con la de otras personas. Todos somos diferentes y navegamos ante las aventuras inesperadas de la vida de distintas maneras.
Mi estado actual
Como les comenté al inicio, aún no me siento con muchas energías. Sigo con algunos síntomas de tos y nariz un poco extraña y cansancio acumulado de aquellas noches que no pude dormir bien.
Pero estoy tomándome un día a la vez, tratando de tener una actitud positiva y de distraerme viendo películas y leyendo.
Comentarios finales
“Si la vida te da limones, haz limonada”. No sé por qué cuando pensé en todo lo sucedido, recordé esa frase de la vida, los limones y la limonada, pero bueno, creo que es una frase que queda perfectamente con este tema.
Mientras escribía y googleaba un poco, me encontré con el siguiente artículo: “When Life Gives You Lemons, You Don’t Have to Make Lemonade” de Sam Stone y me gustó mucho lo que comenta de esta frase de “Si la vida te da limones, haz limonada”:
Y eso es ¡muy cierto! Cuando reflexiono sobre cómo me he sentido estos días, una pequeña parte de mí se siente culpable al pensar en que tal vez no debería sentirme de la forma en la que me siento porque no estoy pasando por algo tan intenso (nótese que en este caso esa culpabilidad viene de compararme indirectamente con situaciones hipotéticas por las que otras personas están pasando) o que simplemente debería aceptar la situación y listo. Cuando en realidad, no debería ser así.
También, a lo largo de este post mencioné mucho la palabra “aceptación”. Aceptar que las cosas son como son. Pero, algo que me gustó mucho del artículo de Sam es que él comenta que muchas veces el pensamiento positivo saludable significa adaptarse a los obstáculos en lugar de simplemente aceptarlos y comparte 4 ideas de cómo podemos adaptarnos a aquellas aventuras inesperadas de la vida antes de conformarnos con hacer limonada. La verdad es un artículo muy interesante, así que, si les llama la atención les dejo el link aquí ¡para que vayan a leerlo!
A veces no entendemos por qué nos pasan ciertas cosas, pero quizás no se trata de entender todo de forma inmediata, tal vez todo lo que nos sucede es para darnos una perspectiva distinta de la vida, para aprender de ello y hacernos más fuertes.
En el momento puede que no lo veamos así, y ¡está bien! Todo es parte del proceso de navegar a través de esas situaciones aleatorias que la vida nos lanza de vez en cuando en el momento más inesperado.
Por ahora seguiré descansando, aprovecharé para continuar leyendo y disfrutando de series y películas y así ir recuperando energías nuevamente. ¡Espero hayan disfrutado de este post un poco distinto a lo que normalmente publico y nos vemos la próxima semana!
