Reconectando con mis amistades: un mensaje que cambió mi día

A veces es bueno darnos un tiempo para estar con nosotros mismos y nuestros pensamientos para procesar los cambios que hemos vivido recientemente. Pero, así como es importante establecer un tiempo para nosotros, también lo es el compartir tiempo con los demás para mantener y fortalecer nuestra relación con ellos. Es por eso que hoy me encuentro reconectando con mis amistades gracias a un mensaje que recibí.

Como saben, he estado en ese proceso de “tiempo para mí”, por lo que quizás me aislé un poco de mis amistades más cercanas. Amistades que sé que siempre están ahí para mí, así como yo para ellas.

Un mensaje que recibí el viernes pasado desencadenó una serie de sucesos inesperados. Curioso cómo un mensaje de texto puede hacer una gran diferencia en el rumbo de nuestras vidas o al menos, así lo fue para mí.

Muchas veces quedamos con personas para hacer una llamada, vernos para tomar un café, organizar una salida “futura” que a veces no se concreta… Hacemos planes que quedan inconclusos porque alguna de las dos partes no da un seguimiento y pensamos que la otra persona no tiene mucho interés.

En esta ocasión, decidí no postergar ni sobrepensar la situación, envié un mensaje para ver si podíamos platicar y realicé la llamada. Fue una sensación distinta dado que la mayoría de las ocasiones planeo mis actividades con anticipación, sin embargo, esta vez quise ser espontánea y ver si todo se acomodaba. Afortunadamente nuestro tiempo coincidió y estuvimos en llamada poniéndonos al corriente de distintos aspectos de nuestras vidas.

Me gustó mucho reconectar con esta amistad, compartir pensamientos y situaciones que hemos vivido, escucharnos, comprendernos y opinar libremente. Me encanta tener este tipo de conversaciones con mis amigos, porque son pláticas que me dejan algo, me hacen crecer como persona e intercambiar ideas.

Me di cuenta del “poder de un mensaje” y decidí darle continuidad, ir con el flujo y con lo que quería hacer en ese momento, por lo que envié mensajes a mis demás amigos solo para saludarlos y ver cómo están. Y, aunque quizás fue algo pequeño de mi parte, creo que aporté un granito de arena en mi relación con mis amistades: el hacerles saber que estoy ahí para ellos y que pienso en ellos, y que, aunque el tiempo vaya pasando y no estemos en contacto constantemente, siempre que me necesiten, ahí estaré.

“La verdadera amistad resiste el tiempo, la distancia y el silencio”.

Isabel Allende
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