Hoy es mi cuarto día oficial sin trabajo después de mi renuncia y debo admitir que no me he sentido “completamente yo” últimamente.
Pensé que los días posteriores a mi renuncia serían perfectos, pero no consideré el cómo me sentiría al “perder” una rutina que me acompañó por aproximadamente 4 años.
Aún y cuando intento mantener mi rutina de ejercicio, desayuno, yoga de vez en cuando… es difícil de explicar… pero siento como “un vacío” en mis días que antes se completaba por la rutina del trabajo. No me arrepiento de mi decisión, pero sé que estoy pasando por una fase de adaptación a esta nueva etapa de libertad, de encontrarme conmigo misma e intentar encontrar mi camino.
La mente es muy poderosa, y el tener más tiempo para hacer lo que quiero, muchas de las veces implica que mi cerebro divague en preguntas como: ¿qué será de mí? ¿Qué es lo que en verdad quiero lograr en mi vida? ¿Será que ya no tengo un “propósito”definido? ¿Cuándo me volveré a sentir normal?
Creo que muchas veces nos vamos definiendo como personas por el rol que tenemos en nuestro trabajo. Como que nuestro trabajo nos da identidad, y el hecho de que ahora ya no lo tenga, me deja como “flotando en el aire”, simplemente “existiendo”. Quizás suena muy dramático pero es la única manera en la que puedo expresar lo que siento en palabras.
Sé que mi estado actual emocional cambiará con el paso de los días. Siempre he sido muy perseverante y estoy segura que poco a poco iré encontrando mi nueva rutina y me iré sintiendo nuevamente “completamente yo”.
¿Alguno de ustedes ha pasado por algo similar? Me encantaría conocer un poco de sus historias y saber si se relacionan con este post.
“Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida.
No es el fin del mundo.
Es el inicio de uno nuevo”.
Anónimo